09 Abr Los efectos del sueño en el sistema inmune.
EL SUEÑO Y EL SISTEMA INMUNE
Me he preguntado que tan importante es el sueño y cuánto debemos dormir para estar bien, ya que a veces el día no nos alcanza o no lo distribuimos bien, para llevar a cabo todas nuestras tareas y tomamos parte de la noche, sobre todo los que solemos ser nocturnos.
Lo cierto es que el sueño ocupa la tercera parte del tiempo de nuestras vidas y durante largo tiempo se creyó que durante el sueño, se detenían muchas funciones y el cerebro permanecía en un estado de pausa, pero ahora se sabe que hay una considerable actividad y no solo en el cerebro, también en el sistema inmune.
El sueño es encargado de mantener en equilibrio nuestro organismo, y durante el sueño el metabolismo se reduce y reorganiza. Múltiples actividades del cuerpo se reducen y otras se consolidan.
Las principales funciones del sueño son: regular en sistema inmune, regular el metabolismo y la secreción de hormonas, conservar la energía, consolidar la memoria y la restauración de la función cerebral.
El sueño es un proceso que se comprende de ciclos, y cada uno dura 90 minutos. En estos ciclos distintas partes del cerebro se estimulan y otras descansan. Los ciclos se divide en dos fases: el sueño de movimientos oculares no rápidos (NO MOR) y el sueño de movimientos oculares rápidos (MOR).
El período de sueño de movimientos oculares no rápidos se divide en 4 fases, en las dos últimas fases se alcanza el sueño profundo o de onda lenta. Y el sueño de movimientos oculares rápido es la última fase, durante esta fase soñamos, y el cerebro se activa como si estuviésemos despiertos. Las fases se dan en un lapso de 90 minutos, se necesitan de 5 a 7 ciclos en cada noche para tener un sueño reparador, un promedio de 7 a 8 horas, y cada ciclo cumple su función.
Durante el sueño disminuyen:
- La adrenalina
- El cortisol
- La hormona estimulante de tiroides
- Las citocinas IL4 e Il10
Durante el sueño aumentan:
- La hormona prolactina
- La hormona del crecimiento
- La melatonina
- Las citocinas IL1, IL6 y factor de necrosis tumoral
La citocinas son elementos producidos con la finalidad de alcanzar y afectar a las células de todo el organismo, e indicarles llevar a cabo ciertas funciones, entre esas funciones se encuentra el inducir la inflamación.
El sueño reduce las hormonas del estrés que son la adrenalina y cortisol, la producción de estas hormonas se controlan en lo que llamamos el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal y el sistema nervioso simpático. Las hormonas del estrés inician a elevarse de nuevo en la mañana, cuando las necesitamos para llevar a cabo nuestras actividades. El cortisol y la adrenalina suprimen el sistema inmune.
En la privación del sueño, se incrementa una proteína llamada C reactiva, la cual activa otros marcadores de inflamación y esto inicia una cascada de inflamación, es decir, el sueño tiene efecto en el estado de inflamación del cuerpo, lo cual promueve el desarrollo de enfermedades asociadas a inflamación crónica, produciendo que nuestra propia inflamación se desencadene sin existir un agente patógeno específico y termina atacando a nuestras propias células.
También se ha determinado que las hormonas que colaboran en estimular el crecimiento, la diferenciación y la restauración celular como la hormona del crecimiento, la prolactina, la aldosterona y la melatonina se elevan en la sangre durante el sueño.
En conclusión, el sueño tiene múltiples funciones, en relación al sistema inmune específicamente hay un pico inflamatorio en la noche durante el sueño, y en vigilia un estado antiinflamatorio o de supresión del sistema inflamatorio. Cuando las hormonas del estrés se elevan en la vigilia constante, se altera este equilibrio y el ritmo adecuado de estos sistemas se pierde, lo que hace que sometidos a un desvelo continuo nuestro organismo se encuentre inflamado, en ese estado no responden las defensas de forma adecuada, atacan a sus propias células, y no tienen la capacidad de defendernos contra los agentes dañinos. Y además, por el contrario el desvelo y este sistema de hormonas, pueden generar una respuesta demasiado exagerada ante los agentes patógenos, que terminan por dañar también a las células sanas del organismo, de forma colateral.
Es muy compleja la función del sueño, y ésta solo es una pequeña parte de lo que significa para nuestra salud el dormir lo suficiente y de forma adecuada, ahora que nos centramos en aumentar la capacidad nuestro sistema inmune. Debemos enfocarnos en un sueño de buena calidad, y durante un mínimo de 7 a 8 horas. Asimismo el sueño por un tiempo prolongado o más de lo adecuado, no es favorecedor para la salud.
Dra Karen Abularach/Salud Femenina
Bibliografía
http://revistaalergia.mx/ojs/index.php/ram
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